jueves, 2 de febrero de 2012

La misteriosa vida & muerte de Stieg Larsson


Tiene la saga de novelas más vendidas en todo el mundo, su trabajo inspiró una trilogía de peliculas europeas y una remake que es una de las más vistas durante esta temporada. No obstante, el talentoso escritor no se encuentra más en este mundo para disfrutar de los frutos de su trabajo ¿que es lo que pasó con Larsson? al final muy poco se sabe acerca de los motivos y las circunstancias de la muerte del escritor, un artista que tuvo una muerte tan confusa y misteriosa como lo fué su vida.

Todo en el escritor sueco más vendido de la historia es excepcional. Desde sus viajes por el mundo durante su juventud hasta su fuerte compromiso político y social contra la violencia de género y el racismo. Stieg Larsson fue también un autor novel al que publicaron tres extensas novelas sin oposición y un periodista amenazado por la extrema derecha buena parte de su vida. Escribió sus libros durante dos años casi sin que nadie se diera cuenta, a la vez que decenas de artículos, manifiestos y un par de ensayos sobre los partidos xenófobos suecos. Se mantuvo fiel a su primera pareja, tuvo pocos amigos y apenas se relacionaba con su padre y su hermano.

Las amenazas le obligaron a estar en guardia, pero le preocupaban más las que recibían las personas de su entorno. Desde muy joven, Stieg fue una persona tenaz y decidida, capaz de trabajar durante años para poder costearse sus viajes por África, Asia y América. Rechazado por sus bajas calificaciones en la escuela de periodismo de Estocolmo, empleó esos viajes para aprender y formarse. También su actitud contra el racismo, la xenofobia y la violencia machista se vieron reforzados durante sus viajes. Su pasado, no obstante, sigue siendo un misterio y lo poco que sale a la luz no deja de ser sorprendente. En la adolescencia, por ejemplo, Stieg presenció una violación y fue incapaz de intervenir para impedirla. Era un convencido de la igualdad entre hombres y mujeres, pero en la revista que fundó la redacción era mayoritariamente masculina.

En lo profesional era tan estricto en sus convicciones como laxo en los métodos que empleó en ocasiones para obtener información. Aunque sólo en una ocasión perdió su imparcialidad, al entrevistarse a sí mismo para denunciar el acoso de los extremistas. Su capacidad de trabajo era legendaria. Escribía, leía y se comprometía en todas las causas, pero en la mayoría de ellas dejó que el mérito se lo llevasen otros. Nunca tuvo afán de protagonismo. Larsson añadía además a sus agotadoras jornadas el consumo de unos sesenta cigarillos diarios. Aunque su deterioro era palpable para su entorno, despreció hasta el último momento las advertencias de los médicos y sus seres queridos.

La mañana del 9 de noviembre de 2004 el ascensor del edificio de la revista Expo de Estocolmo dejó de funcionar, el director de la publicación llegó unos minutos después del mediodía y subió los siete pisos por escalera hasta su despacho; este hombre -alto, rubio, de cincuenta años, fumador hasta el cansancio y bebedor constante de café- llegó a destino con un hilo de aire. Media hora más tarde, en la ambulancia, su corazón reventó. Así, el periodista y escritor Stieg Larsson moría dejando atrás una obra vasta sin publicar, una ficción extensa donde entrama los temas que investigó durante toda su carrera, dos personajes impecables -por sus claroscuros tan humanos- y una fortuna en disputa, producto de las 27 millones de copias de sus libros vendidos en todo el mundo.

Su oficio de periodista en lucha contra la extrema derecha racista por un lado y el fanatismo religioso por el otro, le valió con el tiempo unos enemigos tan poderosos que hay quién ha puesto en duda el motivo oficial (un ataque al corazón) de su muerte. No obstante, no parece que la teoría de la conspiración sobre la muerte de Stieg Larsson haya encontrado alguna base verosímil. Sólo cabe concluir que se mató trabajando.

Según su viuda, Eva Gabrielsson, Stieg estaba escribiendo la cuarta entrega de Milllenium cuando falleció, pero una disputa por el legado del escritor ha paralizado cualquier publicación. No obstante, según su amigo Kurdo Baksi, “tenía diez libros más en la cabeza y probablemente terminados”. ¿Están efectivamente escritos? Es un misterio más que añadir a los muchos que encierra un autor único, alabado por Mario Vargas Llosa y denostado por Donna Leon. Sólo los lectores tienen el veredicto.

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