viernes, 27 de mayo de 2011
Me against the world
Desde el principio de la historia el ser humano ha mantenido la tendencia de sentir aversión hacia todo lo que es diferente, esta aversión se ha manifestado de varias formas que pueden ser por ejemplo, desde una total indiferencia en el caso de los más discretos hacia reacciones de burla, temor y violencia entre los más incivilizados.
¿Realmente hace falta todo eso?
La discriminación es un síntoma de ignorancia pues demuestra que las personas que optan por este tipo de reacciones son criaturas de hábitos y costumbres que parecen no cambiar de persona a persona y de generación en generación. Como si hubiese un consenso por imitar ciegamente al entorno sin si quiera cuestionar sus razones, muchas personas prefieren optar por lo fácil y lo conocido sin procurar un leve esfuerzo por comprender ideas o formas de ser diferentes.
En la historia la discriminación posiblemente haya sido tan solo una excusa más del ser humano para expresar su naturaleza violenta y destructiva, optando en este caso por métodos más “civilizados” y “socialmente aceptados” para satisfacer estas necesidades, aunque honestamente el pensar algo así sería un poco pesimista con respecto a nuestro mundo y la sociedad que nos rodea.
Convengamos mejor que tan solo son unas cuantas (bueno, en realidad muchas) manzanas podridas que siempre están buscando rivalidades y que optaron por la discriminación como una de sus razones favoritas. Esta práctica puede darse en cualquier parte del mundo y por motivos que van básicamente desde lo más trillado hasta lo más absurdo, nunca falta la persona ignorante en el colegio, en el trabajo o incluso en el mismo hogar que vive tratando mal a otros por diferencias en el modo de ser y de actuar.
Irónicamente, estas personas que discriminan y critican a los demás creen que al ser una persona diferente o “rara” por ende es inferior, pero la realidad y la historia nos ha demostrado todo lo contrario, por ejemplo, no podría imaginar a los Estados unidos sin el aporte de sus inmigrantes a su cultura, historia e influencia en el resto del mundo.
En lo que se refiere a las personas discapacitadas o que poseen “habilidades especiales”, muchos de ellos han probado destacarse con sus logros en la sociedad, el caso más obvio es el de Stephen Hawking quién aportó al mundo con algunos de los más grandes descubrimientos en la ciencia. Por otro lado quienes discriminan a los “freaks” en el colegio o en la facultad no tienen idea de que muchos de estos parias podrían convertirse algún día en grandes magnates de la ciencia, la computación y el arte.
Con respecto a las personas que pertenecen a las comunidades o etnias indigenas-americanas, muchas de estas han demostrado el tener valores y enseñanzas de las cuáles muchas personas podrían aprender, y también hábitos suyos como el amor por la naturaleza y el respeto a la familia comprueban que en muchos aspectos estas personas han sido y son mucho mejores que algunos sujetos de costumbres más "criollas" o “extranjeras”.
Lamentablemente esta estúpida costumbre de discriminar a los demás por cuestiones de raza, nacionalidad o religión, ha provocado un efecto colateral en grupos de personas que han crecido alimentándose de odio, resentimiento y sed de venganza. No es casualidad que en países de Europa o en los Estados Unidos la mayoría de los “perfiles criminales” pertenezcan a las minorías o a los inmigrantes, claro que, esto por lo general también responde a la vieja costumbre de satanizar y hacer quedar mal a este tipo de grupos.
El tema de la discriminación ha sido uno de los más rentables y polémicos en el mundo del arte, con respecto al cine y la literatura, se ha abordado esta temática en incontables ocasiones a modo de biografía o ficción, dentro de estas obras, casualmente o no, una de las que más ha tratado este tema en detalle proviene del mundo de los comics y se titula simplemente como: Los Hombres X (The X-Men).
Este grupo de superhéroes del “Universo Marvel” fue creado por Stan Lee y Jack Kirby, irrumpiendo por primera vez en septiembre de 1963. Sus aventuras han sido publicadas en diversos cómics de Marvel, llegando a disfrutar de varias colecciones mensuales dedicadas a ellos. Además, se han realizado varias adaptaciones en series de animación y películas.
En la historia de los X-Men, un grupo de superhéroes que nacieron con una serie de anomalías y poderes, deben de ocultarse ante la sociedad y reunirse con los de su especie para así no tener que ocultar su forma y comportamiento, pero sobre todo, para que puedan ser entrenados con el fin de que lleguen a dominar sus poderes al 100%. Su mentor “el Profesor Charles Xavier”, postula la coexistencia pacífica entre humanos (Homo sapiens) y Mutantes (Homo superior). Sin embargo, difieren de esta idea los “mutantes opositores” liderados por Magneto y Apocalipsis, así como grupos de personas onda “Ku Kux Klan” que pretenden evitar esta convivencia y además exterminar a todos los mutantes.
Antes de seguir con el post me gustaría hacer una pausa para recomendarles a quienes gustan de esta historia, que no se pierdan la próxima película de los X-Men, aquí les dejo el tráiler por si les interesa echarle un vistazo antes de continuar leyendo el post (no se preocupen yo voy a seguir aquí):
Pese a que muchas veces los superhéroes que conforman el grupo de los X-Men llegan a perder la paciencia con una sociedad a la que salvan de tantos peligros y encima los siguen persiguiendo y discriminando, la historia procura mostrar a estos superhéroes como gente muy compasiva con los seres humanos a quienes tratan de ver como unas criaturas temerosas y arrogantes, cuya reacciones negativas hacia ellos son, perfectamente comprensibles. Una especie de moraleja que procura enseñar a “dar siempre la otra mejilla” al mejor estilo de Martin Luther King, y al igual que en la vida real, existen también mutantes que no se comen este cuento pacifista entre ambas especies y terminan confrontando a los seres humanos.
¿Cuántas cosas de aquí ya habremos visto en el mundo real verdad? No es casualidad que esta historieta haya sido tan famosa en los Estados Unidos durante las décadas de los años 60s y 70s cuando los conflictos raciales llegaban a su momento más crítico. Durante está época en medio de revoluciones políticas y cambios sociales es que nace un gran artista llamado Tupac Shakur y quién desde sus primeros pasos estuvo al tanto de la filosofía de grupos radicales como “Las Panteras Negras”.
Con el paso del tiempo, Shakur se convirtió en un artista de gran habilidad para hacer canciones de contenido crítico y combativo, al mejor estilo de otros grandes como Marley o Strummer. Y al igual que muchos líderes del siglo 20, Shakur también fue victima de la discriminación y la censura, es decir, le hicieron la guerra todo el tiempo, desde difamarlo en los medios de comunicación hasta encarcelarlo por un crimen que al final ni siquiera llegó a resolverse, pero pese a todo, el luchó por sus derechos y libertad hasta su muerte en 1996.
Eso me recuerda a algo…
Si bien hablé en el post de las consecuencias de la discriminación, lo equivocados que están quienes practican esto y como sus victimas pueden llegar a superar estos ataques y hasta revelarse contra su entorno, olvidé una cualidad muy importante que tienen estas personas: el valor.
El valor de ser como son y bancarse todos los pormenores como los ataques y burlas del entorno, el valor de hacer lo que quieren y vivir con una personalidad tan auténtica y propia de ellos, que seguramente, provoca la envida en sus agresores por que en el fondo, saben que nunca van a llegar a ser tan únicos y tan auténticos como estos seres humanos a quienes tanto han criticado, casualmente esta es una de las cosas que aprendimos de los X-Men “el ser diferente, muchas veces puede significar ser mejor”.
Y es verdad...
Aunque a veces "defender lo que uno es" puede que no sea nada fácil.
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