jueves, 30 de septiembre de 2010

Brujilístico Encanto


Últimamente suena mi teléfono celular y empiezo a escuchar inmediatamente aquellas dulces notas de unas de mis películas de terror favoritas, aquella musiquita que me recuerda mucho a las viejas cajitas de juguete que al abrirlas emitían una tonada muy suave o quizás a aquellas antiguas muñecas de porcelana, que usaban vestidos de colores, tenía el rostro pálido, los ojos oscuros y al darles cuerda empezaba a sonar una música muy relajante.

Esta distintiva música pertenece al extinto grupo italiano de rock progresivo “Goblin”, un conjunto de artistas que se pasaron una gran parte de su carrera musical haciendo bandas sonoras para películas de terror, su momento de gloria llegó cuando les tocó musicalizar la película de un director italiano, esta película que se convirtió en un clásico del terror y que llevó a este director de cine a la fama mundial es “Suspiria”.

Esta película basada en la novela "Suspiria de Profundis" de Thomas de Quincey, es considerada la mejor obra del director italiano Dario Argento, quizás junto a las célebres “Deep Reed” y Phenomena”. Como toda obra clásica del cine, esta película ha sido elogiada y pisoteada con riguroso afán. Dario Argento tiene un estilo extraño y muy personal de realizar sus películas, muchas de estas han sido sorprendentes éxitos y otros rotundos fracasos, pese a todo este legado que va oscilando entre el amor y el odio, Argento sigue siendo uno de los más emblemáticos y veteranos cineastas del terror.

Yo, siendo un fanático del cine clásico y las películas que hicieron leyenda en la historia del cine, tarde o temprano tenía que encontrarme con “Suspiria”, además de que recientemente he adquirido el vicio de ver películas de terror todas las noches, y en lo muy personal y recóndito de mi ser “Suspiria” es definitivamente una de mis favoritas. Esta película puede llegar a tener en mayor o menor medida todas aquellas cosas que hacen de una película de terror algo grandioso y emocionante hasta llegar a los clichés más embarazosos, no importa, “Suspiria” sigue siendo tan sutil y fina en todo su terror de principio a fin, con una admirable tensión que va incrementándose hasta el final de la película, desde que una inocente bailarina de ballet llega a una de las más prestigiosas escuelas de danza en Europa hasta una serie de misteriosas (y sangrientas) desapariciones que revelarán poco a poco la verdad de que esta hermosa chica americana está en peligro, pues hay algo tan sobrenatural y misterioso en aquel lugar que sobrepasa a toda explicación razonable.

“Suspiria” es una delicia para todos aquellos que como yo estamos fascinados con las historias de brujas y magia negra, aquí todo este mito de terror alimenta nuestra imaginación con un macabro rompecabezas que va revelando poco a poco una figura mucho más interesante de lo que aparentaba en un principio. Esta película muestra el poder de la brujería para el control mental y para exterminar a personas demasiado “curiosas” que por X razón empiezan a meter la nariz donde no deben, finalmente la película revela como el poder de estas brujas es controlado por un aquelarre que es aparentemente indestructible para todo aquel que se interponga en su camino.

El papel principal de esta película es interpretado por la guapísima Jessica Harper una actriz muy solicitada en la década de los 70s, época donde tuvo la oportunidad de participar en películas de grandes directores como el capo Brian De Palma y Woddy Allen. Otros actores que protagonizan “Suspiria” son Alida Valli, Stefania Cassini, Joan Bennett y un joven Miguel Bosé que vendría a ser algo así como el ocasional “chekeo” de la protagonista principal.

El éxito de esta película estrenada en 1977 fue tan grande que Argento se ganó la fama a nivel internacional, de hecho, se animó a hacer dos secuelas, “Inferno” de 1980 y “The Mother Of Tears” de 2007, ambas solo son recomendables si te gustó mucho “Suspiria”, pero de no ser así, mejor ni lo intentes pues ninguna de las dos es siquiera la mitad de buena.

A estas alturas los mitos y creencias en la brujería y su poder sobre las personas siguen siendo tan misteriosos como en el momento en el que se filmó esta película, un misterio que solo ayudó a alimentar nuestra imaginación, una imaginación que a falta de una explicación lógica, muchas veces nos permite ver, sentir y creer en cosas que otros no pueden, y quién sabe, a lo mejor existen.

¿Acaso no te sentiste embrujado alguna vez?

sábado, 25 de septiembre de 2010

Entre el cielo y el infierno


¿Dónde están el cielo y el infierno? Pues, hay tantas versiones y explicaciones a esa pregunta que la verdad parece que al fin y al cabo nadie sabe con exactitud la respuesta, basta con preguntar a dos personas y dos te darán respuestas distintas, aunque claro, ambas respuestas coincidirán en un montón de características como por ejemplo: “que el infiero es un lugar de sufrimiento” “que al cielo se va la gente buena” “que en el cielo eres feliz y no padeces de dolor alguno”.

El grandioso poema de Dante Alighieri “La Divina Commedia” es uno de los testimonios más populares con respecto a lo que significan tanto el cielo como el infierno, aunque Dante nunca pretendió ser tan obvio como para que su obra no deje nada a la imaginación, por el contrario, su poema se caracteriza por una complejidad que va mareándote de principio a fin. Dante redacta una de las obras más inmortales de la historia y nos entrega una tonelada de bellas escrituras donde convergen lo grotesco, la materia y el espíritu, el horror ante el mal y la aspiración a la belleza. Y es que esta aclamada obra refleja un poco de cada uno de nosotros y a pesar de que fue escrita en la primera década del siglo 1300, hoy en día no resulta nada difícil de entender aquellas sutilezas que redactó Dante acerca de la filosofía y la religión.

Hoy en día basta con que pise un pie fuera de mi casa para encontrarme con un posible cielo o infierno, yo personalmente considero que el cielo y el infierno están convergiendo diariamente mano a mano en una batalla día tras día y noche tras noche. Dante redactó una obra de gran belleza imaginativa, pero imaginativa al fin y al cabo, pues, siendo un genio literario no era más que otro simple mortal que no tuvo que morirse para escribir su poema, simplemente sustrajo su inspiración de diversos acontecimientos y simbologías de la raza humana. El cielo y el infierno se asemejan mucho al mundo real en el que vivimos, solo basta con prestar atención a lo que nos rodea.

Yo actualmente con mis 24 años ya he experimentado en gran medida tanto al cielo como al infierno, he experimentado el estar en el cielo en ocasiones que podría citar acá tranquilamente, desde el compartir un bello momento con mi familia, el recibir la ayuda de un amigo cuando más lo necesitaba, el admirar una puesta de sol en la playa o pasar el día junto a la persona amada, un día que pareciera que se pasa tan rápido.

Cuantas veces hemos experimentado momentos que quisiéramos que duren para siempre o que se repitan una y otra vez, cuantas veces recorriendo un viaje o despertando junto a la persona que amamos realmente todo parecía ser absolutamente perfecto ¿Cómo será el cielo? Pues, debe ser muy parecido a esto. Pero tampoco este cielo es un estado de felicidad permanente, ¿te pusiste a pensar que aburrida sería la vida si todo fuese siempre una belleza? Efectivamente para que exista el cielo tiene que existir un infierno, un infierno al que podemos llegar con una simple patada, como si de pronto se rompieran las vigas que sujetan un ascensor que termina descendiendo a toda velocidad hasta llegar al subsuelo donde terminas hecho mierd@.

Este infierno lo hemos experimentado un montón de veces, lo peor es que en muchas ocasiones caemos ahí abajo justo cuando las cosas en nuestras vidas no podían ir mejor o cuando pensamos que (ingenuamente) el cielo donde nos encontramos va a durar para siempre. Podemos quedar condenados a este infierno de muchas formas: sufrir un horrible accidente de tránsito, enfermarnos de algo que nos tiene sin poder hacer nada, perder un empleo, alejarnos de nuestros amigos y familia, ser heridos con un arma o terminar una relación de pareja.

Pese a todo este dolor por lo general los seres humanos tenemos la voluntad y fuerza de siempre levantarnos y salir de este infierno, o al menos, luchar para no dejar que las cosas terminen así, con ese sabor a bosta. El ser humano también tiene que batirse todos los días entre un cielo y un infierno donde estamos rodeados de ángeles y demonios que se la pasan caminando por las calles y que conviven con nosotros en todo lo que nos depara la vida, ya sea para hacernos sentir bien o para provocarnos daño, solo es cuestión de reconocer que todo este ambiente es parte del escenario que debemos afrontar en la vida diaria.

En 1978 una de las mejores bandas de la historia del Rock “Black Sabbath” supuso la marcha definitiva de su cantante Ozzy Osbourne y con esto un más que seguro fin para el resto del grupo, afortunadamente aparece un nuevo talento en el grupo que llega como caído del cielo, este talento es Ronnie James Dio, un tipo genial que además poseía una de las mejores y más poderosas voces del heavy metal en su relativamente corta historia. Pues bien, Ronnie acababa de salir de su anterior banda, Rainbow, y buscaba un nuevo proyecto.

El guitarrista de “Sabbath” Tony Iommi le propone unirse a la banda y el resultado es el disco "Heaven & hell" (Cielo e infierno). Pese a que los integrantes de “Black Sabbath” muchas veces jugaron con símbolos religiosos y paganos a lo largo de su carrera nunca se consideraron herejes o satánicos, en una entrevista Ronnie James Dio habló sobre este tema y dijo que el no practica la brujería ni el ocultismo, en realidad, siendo de descendencia italiana, Ronnie James Dio se crió en una familia católica. En esta entrevista el también admitió que al hablar del cielo y el infierno en sus canciones se refiere al cielo y el infierno que están aquí en la tierra y que debemos afrontar día a día.

Con el correr de los años y la reconciliación de Ozzy Osbourne con sus antiguos colegas de “Black Sabbath”, Ronnie James Dio, Tony Iommi y Geezer Butler, deciden seguir trabajando juntos y unirse para formar la banda “Heaven and Hell”, haciendo una gira en 2007/2008. Aunque poco tiempo después Ronnie James Dio muere víctima de un cáncer, su legado y su obra siguen presentes y aquellas épicas canciones donde nos habló de viajes a tierras lejanas y batallas entre el cielo y el infierno, seguirán pisando y haciendo temblar con fuerza este mundo terrenal.

Dio, estés donde estés, esta canción va para vos maestro y para todos aquellos que día a día caemos y nos levantamos una y otra vez entre el cielo y el infierno.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Un huracán en La Paz


Los huracanes son movimientos de masa fuertes que se forman en el aire y suelen provocar vientos con velocidades superiores a 100 km/h. Estos movimientos tienden a expandirse y con frecuencia llegan a ser altamente destructivos, pese a todo, los huracanes forman parte importante del sistema de circulación atmosférica.

Anoche en la ciudad de La Paz se presenció un tipo de huracán muy poderoso, y no, no hablo de aquel fenómeno de la naturaleza que se forma en las costas tropicales, tampoco hablo del boxeador afroamericano Rubin Carter ni mucho menos del equipo de fútbol argentino. Hablo de uno de los huracanes más poderosos y gigantes: un recital de Scorpions. Este huracán dejó su huella en un radio de aproximadamente… casi toda la ciudad de La Paz. Se desencadenó de la mano de un grupo de veteranos ídolos del Metal, pronosticando un día de mucha agitación y fuertes vibraciones que se harían sentir en todo el suelo paceño.

Se presenciaba por todo lo alto que algo gigante iba a caer sobre la ciudad ¿será una bomba nuclear? Una sensación que me atrapó desde que salí de mi casa y subí al taxi donde sonaba a buen volumen "Rock You Like An Hurricane" hasta que llegué al stadium y vi con asombro cuanta gente estaba ahí presente para formar parte de un solo evento. A medida que caminaba cauteloso por todo el caos de este huracán llego a una enorme fila donde pude charlar al menos un rato con los que se encontraban cerca y hablaban español (había muchos extranjeros) mientras presenciaba las típicas características de un huracán: escombros, locura, intensidad y algunos valientes caídos en las calles (léase: patéticos borrachos).

Mientras los policías y encargados de la seguridad hacían lo posible para ordenar a la gente donde le corresponde en aquel número tan absurdo (y gracioso) de divisiones que tenía el stadium (había como no-se-cuantos-sectores-en-cada-lado)… pronto empezaban a sonar los primeros indicios de que el fenómeno llamado Scorpions oficialmente había pisado el escenario para romperla con un show inolvidable. Logro correr hasta un lugar decente y ámplio donde hecho raíces para dar rienda suelta a toda mi locura y pasión rockera (léase: comportarse como un niño con sobredosis de azúcar). Total, como estoy solo (sin amigos, sin novia, sin padres) puedo hacer lo que quiera sin pasar vergüenza, o lo que me dicte aquel niño interno que Freud llamó el "ELLO".

Estoy rodeado por una gran mayoría de gente que: A) está sentada charlando B) está filmando con la cámara o el celular C) está de pie sin mover un pelo (salvo para aplaudir). Tal vez eso me pasa por estar atrás de la multitud, aunque me gusta eso, pues tengo el espacio y el perímetro necesario para bailar, hacer head banging y mover el trasero. Juro que los de mi alrededor debieron pensar que estaba en drogas o algo así, pues no dejaba de moverme, cantar hasta quedarme sin voz, hacer Air guitar! Air bass! Air drum! Air Microphone! Y Air… bueno, eso no lo puedo decir acá.

La gente me miraba extraño ¿pero que quieren? ¡Es un concierto de Rock! Y conste que tampoco soy muy fanático de Scorpions, aún así, la electricidad en el ambiente me llenó de adrenalina y hasta solté una lágrima con aquel majestuoso “Send Me An Angel" y me dejé llevar por un "Wind Of a Change" que me invitó a cerrar los ojos y transportarme hacia un tremendo y paradisiaco lugar a millones de kilómetros del stadium.

Los viejitos la rompieron, que no queden dudas, son unos ancianos pero tienen más testosterona que un quinceañero. Scorpions son unos totales monstros en vivo, los miembros de mi banda deberían de aprender de esto, o sea, tienen como veintipico años y ¡les da flojera ensayar una vez por semana!. Con respecto a las canciones como en todo concierto hubo temas que me hubiese encantado escuchar y no tocaron, pero eso pasa siempre en todos los recitales, el público a veces es como una mujer que un tipo no pudo satisfacer ni con su mejor esfuerzo ¡huy! Que mal sonó eso, aunque… ¿se entiende la idea verdad?

De todos modos y aunque me hubiese encantado que interpreten “Always Somewhere”, la banda me dio un par de increíbles sorpresas que la verdad no me esperaba, como cuando Klaus Meine anunció en su extraño inglés el temazo “Holiday” y arrancaron con unos bellísimos arpegios de guitarra para darle paso a aquel “let me take you far away…” o cuando anunciaron “Send Me An Angel”, aquella gema que formar parte de sus mejores y más grandes himnos, pese a que el empezar a sentir aquel tema en mis oídos indicaba lo inevitable: “¡no iban a tocar Still Loving You!” y hubiese sido así de no ser por que la gente al final del concierto empezó a pedir a gritos que la toquen, por lo que un cansado Klaus Meine como final acto de grandeza y empatía, tomó el mic y empezó a cantar una preciosa versión acapella. La noche tampoco estuvo libre de su cuota rockera y fue así como la banda pateó algunos traseros con “Big City Nights”, “Tease Me Please Me” o el cierre perfecto con “Rock You Like An Hurricane”.

Scorps hizo historia en el Rock boliviano, puede que no sea, como sus más optimistas y acérrimos entusiastas insisten en ponerle: "el mejor concierto visto hasta ahora en Bolivia” pero sin dudas los germanos hicieron un tremendo trabajo y como todas las buenas cosas en la vida, este huracán fué rápido, intenso y breve. Aunque estoy seguro que sus secuelas quedarán por mucho tiempo acá en esta ciudad, lugar que por una noche se intoxicó de puro, salvaje y buen Rock N’ Roll.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Is not that bad


3 AM y no puedo dormir, estoy inmiscuido en una seriedad total que no me permite pensar más allá de todo lo que me depara el día siguiente y me pesan aún más las pobres y casi nulas consecuencias que todo mi esfuerzo tendrá al final ¿en verdad vale la pena tanto sacrificio y seriedad absoluta? Quién debería saber eso mejor que nadie soy yo y honestamente no tengo la respuesta.

Quizás vivo fuera de la realidad, creo que un poquito prisionero llevando una bola de acero y un grillete que me recuerda en cada paso todos mis defectos y errores del pasado con los que debo cargar y aparentemente el carcelero perdió la llave o directamente ya me condenó a un calabozo. Es un ir y venir de una vieja película donde una vez más veo el replay de cómo arruiné totalmente las cosas y me fallé aquellos goles que hoy me tienen en el banco de suplentes tan arrepentido que el coach del equipo simplemente no quiere tomarme en cuenta ni por casualidad. Pero bueno, podría seguir así, metaforizando esta situación, pero no tiene caso.

El otro día compartiendo unos tragos con un colega me dijo entre tantas cosas que no hay peor sentimiento que la culpa, no me animé a preguntarle que hacer en caso de que tener que confrontar tal emoción, aunque me temo que su respuesta hubiese sido la más obvia: “NADA, aguantárselas”. Me duele el haber arruinado las cosas y temer que en el mundo real las segundas oportunidades no se dan a la orden del día, pero supongo que parte de madurar y crecer es aprender que muchos de nuestros errores muchas veces no tienen arreglo y eso nos enseña a tomar las cosas con mayor responsabilidad, aunque creo que aún soy muy joven para haber arruinado totalmente mi vida, pese a que esto pueda ser cierto, no me queda más que relajarme por un momento frente a la PC.

Randomizando los archivos me encuentro con algunos videos humorísticos del Bananero y pienso “Dios! que tipo más ridículo!” aunque no puedo evitar sonreír y largar una fuerte carcajada con las ocurrencias de este personaje, ¿Qué es este tipo? Es un culto al desastre, al mejor estilo de un Joey Ramone, un Iggy Pop o un Ozzy Osbourne, un ser que celebra aquellas cosas que supuestamente son terribles o vergonzosas en uno mismo. ¿Cómo te puedes reír y pasarla tan bien a costa de tus propias tragedias y defectos? ¿No es lo mismo que hacen tipos como Ben Stiller? ¿Dónde está el truco? A lo mejor un grande como Peter Capusotto puede tener la respuesta:

“Parodiás todo lo que te duele. Y la manera de defenderte de eso y tomar posición es la burla, que es un arma bastante contundente”.

La risa es el antídoto para la melancolía. Si bien ha estado entre los temas más olvidados por la filosofía occidental, no deja de ser absurdo, pues el ser humano sin la risa y el humor no podría sobrevivir en este mundo de peregrinaje y sinsabores. El sentido del humor es la capacidad humana para percibir algo como cómico o gracioso. La risa, es también la expresión del impulso humano básico de ordenar la realidad, sólo que en lugar de ordenarla se la acepta tal y como es y se la festeja.

Recuerdo que una de mis películas favoritas es “Jerry Maguire” del capíssimo director Cameron Crowe, una película que básicamente relata como el mundo de un importante manager deportivo se viene abajo. Su vida es perfecta hasta el día en el que se da cuenta de la importancia que tienen las personas sobre el dinero. Ese día es despedido y abandonado por todos sus amigos. En ese momento llega lo más difícil, empezar de cero con un jugador de fútbol americano de segunda categoría como único cliente y una madre soltera como secretaria. Todo este desastre es orquestado por maravillosas actuaciones y una banda sonora muy rockera que le da el gustito tan especial, pero sobre todas las cosas, lo mejor es que todo este caos es relatado con bastante humor, un humor tan genial que no da de otra que reírse y pasarla re bien con aquellas situaciones tan dolorosas (pero tan reales) que tiene que afrontar nuestro amigo Jerry.

Cameron Crowe es una especie de genio loco con un total y adictivo gusto por el buen Rock y la cultura americana, así lo demostró en esta película que vi nuevamente hace unos días y no pude evitar sentirme identificado con Jerry Maguire y como debe comenzar todo desde cero, otra de las películas de Crowe que refleja esta lucha contra la corriente es la menos conocida “Elizabethtown” quizás de una forma mucho más dramática y menos graciosa que en Maguire, pero no menos inspiradora, la trama cuenta la historia de un joven y exitoso diseñador de zapatos deportivos que dedicó ocho años de su vida a crear una zapatilla en la que la gran empresa en la que trabaja ha decidido invertir fortunas. Cuando su modelo resulta un fiasco total, el pobre tipo no sólo es despedido sino que también es obligado por su jefe a asumir toda la responsabilidad del fracaso ante la prensa y es abandonado por su novia quien también trabaja en la compañía y se había enamorado de él cuando se había convertido en uno de los protegidos de la gerencia. En medio de esta situación desesperada Drew se prepara para suicidarse pero una llamada telefónica lo detiene: su padre ha muerto mientras visitaba familiares en su pueblo natal, Elizabethtown, y por ser el hermano mayor debe ir a buscar su cuerpo y arreglar los detalles de su entierro. En su solitario viaje poco a poco Drew va redescubriendo aspectos positivos de la vida. Esta película también cuenta con la famosa “trade mark” de Cameron Crowe: una banda sonora excelente de tintes rockers y sorpresivas situaciones que van cambiando radicalmente al personaje principal.

El amor de Cameron Crowe por el Rock N Roll y las buenas historias renace en sus orígenes en el mundo del espectáculo, cuando siendo tan solo un adolescente tuvo que trabajar para la revista Rolling Stone y cumplir el sueño de muchos (incluyéndome) de largarse en una inolvidable gira con Led Zeppelin, experiencia que posteriormente fue reflejada en su película Almost Famous. Esta historia semi-autobiográfica narra las peripecias de un periodista extremadamente joven que se lanza a la carretera para seguir a una banda emergente de los 70. El joven periodista se ve inmerso en un mundo dominado por sexo, drogas y rock-and-roll. En el transcurso de la película descubrirá que las leyendas del Rock, pese a toda su grandeza y las poses de superestrellas, al fin y al cabo son simples y corrientes seres humanos. Considerada por muchos como la mejor película de Crowe hasta el momento, Almost Famous deja bien a las claras el potencial del director y, por ello, Crowe ganó el Óscar al mejor guión original.

Ahora mientras sale el sol y me invita a disfrutar de un nuevo día y a pasarla tan bien como si en verdad NADA fuese tan importante, permítanme relajarme por un momento con esta bella canzione…

PD: Los veo mañana en el concierto de Scorpions (vayan, va a estar bueno, a la puerta aunque sea).

Ciao.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El Amor de mi vida


El otro día miré nuevamente una de mis películas favoritas: “El Abogado Del Diablo” protagonizada por el genial Al Pacino, un actorazo de primera que resultó ser el perfecto candidato para interpretar al diablo en esta película. Personaje que al igual que la mayoría de sus roles que lo han hecho famoso (Scarface, Michael Corleone), en esta película se manda algunas líneas memorables, una de las que más recuerdo es una frase en la que habla refiriéndose al amor: “sensación no muy diferente a comer grandes cantidades de chocolate”.

Ya que en la película Pacino debía de interpretar al mismísimo demonio en persona, no creo que cualquiera de sus frases haya sido tomada a la ligera, y precisamente esta frase no suena tan desquiciada, aunque no voy a negar que sea graciosa escucharla la primera vez. Pero tal respuesta del Diablo surge a partir de la manifestación tan ingenua o conmovedora del abogado interpretado por Keanu Reeves “pero yo la amo”. Cuantas veces habremos de decir tal cosa para justificar alguna decisión nuestra, y pese a que por lo general se la decimos a una persona que no es el diablo (aunque quién sabe...) la respuesta vendría a ser más o menos la misma que el diablo le da en la película. Solo que la respuesta varía de un “cagateee che, olvídate de ella” a reacciones más románticas onda “tu corazón encontrará pronto un nuevo amor que llenará tus días de alegría”. En estos casos los amigos(a) se la suelen dar de psicólogos, poetas, filósofos o adivinos astrales.

No voy a empezar a pretender dar respuestas sobre lo que es y no es el amor, afortunadamente puedo afirmar que al menos logré experimentar y vivir aquel sentimiento, desde lo mejor y más gratificante que te puede otorgar hasta las más dolorosas y crueles decepciones que puede ocasionarte, tarde o temprano todo esto te sirve de mucha experiencia para crecer, madurar y a lo mejor ayudar a alguna otra persona con tu ejemplo.

El amor de mi vida puede ser una persona con quién me lleve a la perfección (lo cuál creo que es difícil) o puede ser alguien que me llene de sorpresas todos los días o alguien que simplemente quiera lo mejor para mi y se sienta feliz al saber que estoy bien sea donde sea.

Este amor puede ser fuerte y duradero, uno de los mejores ejemplos es la de un famoso cantante cuya relación de romance y amistad con una mujer duró por muchos años pese a que en todo ese tiempo tuvieron muchas diferencias y hasta permanecieron separados. Esta historia es la de Mary Austin y el cantante Freddie Mercury, quienes mantuvieron un noviazgo que luego se transformó en una amistad en la que Mary Austin se convirtió en la compañera y amiga de toda la vida del cantante Freddie Mercury.

El noviazgo de Mercury y Austin empezó a colapsar en los años en los que Mercury empezaba a ganar cada vez más y más éxito a nivel internacional, esto terminó por separarlos y el golpe mortal fue cuando Austin se enteró que Mercury mantenía una relación en secreto con un ejecutivo de una compañía discográfica. Esto pudo ocasionarle a Austin en principio tristeza o incluso repulsión, pero con el paso del tiempo empezó a cicatrizar las heridas y aceptar a Mercury con todas sus excentricidades e imperfecciones, como un simple ser humano que con la música hace cosas extraordinarias, pero que en su vida personal puede ser tan débil o imperfecto como cualquier flaco más del montón. Pese a todo, Mercury era una persona única en todo el planeta, por lo que Austin empezó a aceptar y querer a este artista, valorando todas las cosas especiales que tenía esta persona y todas aquellas cosas que lo hacían un tipo inolvidable.

Mercury y Austin mantuvieron una cercana amistad a lo largo de los años y el cantante se refería a ella como su única amiga de verdad. En una entrevista de 1985, afirmó: "Todos mis amantes me preguntan por qué no puedo reemplazar a Mary, pero eso es sencillamente imposible. La única amiga que tengo es Mary y no quiero a nadie más. Para mí, ella es como una esposa. Para mí era como un matrimonio. Confiamos en el otro, eso me basta". Mercury escribió muchas canciones sobre Austin, entre las cuales se destaca "Love of My Life". Este fue uno de los hits más exitosos del disco “A Night At The Opera” y alcanzó la fama en todo el mundo. Era tan favorita en los conciertos que Mercury dejaba de cantar frecuentemente para que la audiencia la cantara completamente. Esto animó a la banda a escribir futuras canciones como “We Will Rock You” y “Radio Ga Ga”, pensadas exclusivamente para tocarlas en vivo con la participación de audiencia.

Ahora los invito a escuchar esta canción y recordar a aquel inolvidable amor que con su carisma y su sonrisa cambió nuestro mundo, los invito a recordar a aquella persona que con una simple palabra o un beso nos inundaba de las más increíbles sensaciones, los invito a recordar al “amor de nuestra vida”, esté donde esté.

jueves, 2 de septiembre de 2010

La Muralla entre nosotros


Al escuchar el término muralla posiblemente nos viene a la cabeza la imagen de un muro de ladrillos rodeando un castillo o una fortaleza, o los muros de una prisión para bloquear una salida y para encerrar a un grupo de personas privándoles de su libertad. Muchos quizás recordarán con esta palabra a la gran muralla China o el muro de Berlín o incluso en el mejor de los casos al muro de los conciertos de Pink Floyd.

Pink Floyd hizo historia con su legendario disco conceptual The Wall, un disco tan cargado de dramatismo y emociones que se requirió de una tremenda producción y dos discos para capturar toda esta obra ideada por Roger Waters. La historia de esta famosa “opera Rock” nos retrata la vida de una estrella llamada “Pink”, que se convierte en un antihéroe mentalmente enfermo debido a los traumas que la vida le va deparando. La muerte de su padre en la Segunda Guerra Mundial, la sobreprotección materna, la opresión de la educación británica, los fracasos sentimentales, su mundo de superestrella, etc., son convertidos por él en ladrillos de un muro que lo aísla, construido con el fin de protegerse del mundo y de la vida, pero que le conduce a un mundo de fantasía autodestructiva.

Pese a que este es un personaje de ficción no es un caso muy anormal dentro de esta sociedad y este mundo, muchas veces aquellos traumas del pasado nos condenan a marcarnos por el resto de nuestra vida, como poderosos martillos que nos han dejado grietas en la cabeza y en el corazón, muchas veces hemos sentido que la violencia y el dolor de nuestro pasado queda de alguna forma metido en nuestro cuerpo con fantasmas y demonios que a veces no logramos exorcizar del todo. Lamentablemente el pobre de “Pink” escapó de sus temores a partir de las drogas y el hedonismo, durante un intento de suicidio con drogas, la alucinación lo convierte en un dictador fascista, el polo radicalmente opuesto a lo que “Pink” siente y es, señalando el punto sin retorno a la locura, pero que finalmente “Pink” no quiere traspasar. Finalmente se celebra "un juicio" ficticio y simbólico contra “Pink”, que termina con la condena de derribar el muro y exponerse al mundo exterior, en una liberación final que permite a “Pink” volver a “fluir”.

Ya son 30 años de esta Opera Rock que sigue conmocionando y sorprendiendo al mundo con el drama de un hombre y aquel terrible muro. Posiblemente el ex líder y compositor principal de Pink Floyd Roger Waters visitará nuevamente las rutas de Latinoamérica para conmemorar el aniversario de su épica obra The Wall. Otra de las bandas que también va a cruzar estas cordilleras y que afortunadamente incluye en su recorrido a Bolivia es Scorpions, banda de nacionalidad alemana que surgió a finales de la década de los 70s en una de las ciudades de Alemania que se veía cercada por una macabra e inmensa muralla.

Muchos seguro recordamos aquella balada de Scorpions “Still Loving You” donde aparentemente se refleja el dolor y el drama que siente uno ante la pérdida de la persona amada, pero esta pérdida o separación tiene un trasfondo mucho más complejo. La intensa letra de esta canción tiene como principal referencia al muro de Berlín, que representó un símbolo histórico y a la vez funesto por muchos años en Europa.

Dentro de las palabras que canta Klaus Meine, podemos encontrar una metáfora hacía ese muro que separaba a su país con los "apellidos" Occidental y Oriental. Esto lo podemos escuchar en las frases: "Your pride has built a wall so strong that I can't get through, is there really no chance to start once again?" y "only love can break down the walls someday" que eran referencias muy claras hacía ese muro de cemento y la desesperación de todos esos alemanes sentían al ver su patria dividida.

Las historias de los amores a contra corriente, separados por la distancia, la familia (Romeo y Julieta) o cualquier otra cosa son un clásico en la cultura popular. Durante su etapa berlinesa el cantante David Bowie y el productor Brian Eno recurrieron al muro que dividía en dos a la ciudad como obstáculo a superar por una pareja dispuesta a todo por mantener su relación. Esta historia fue inmortalizada en la canción “Heroes”, reflejando el dialogo entre dos amantes divididos por el muro que pretende desafiar y enfrentarse a las consecuencias que impiden que estos logren estar juntos: “Yo, yo recuerdo. Parados contra el paredón. Silbaban balas sobre nosotros y nos besamos. Como si no hubiera más que dos”.

Para fortuna y tranquilidad de muchos, el muro de Berlín cayó un jueves, 9 de noviembre de 1989 y con el fin de conmemorar este evento muchos artistas escribieron canciones y dieron conciertos, Scorpions no perdió la oportunidad y escribió la legendaria balada "Wind of Change" o “Vientos de Cambio”. La letra esta inspirada por los sucesos políticos en Europa del Este como la caída del muro de Berlín, el incremento de la libertad en el bloque comunista y claramente el inminente fin de la Guerra fría, de hecho, en la letra salen mencionados lugares de la ciudad de Moscù, pues en ese suelo Scorpions escribió esta canción. Por ejemplo Moskva que es el nombre del río que corre a través de la capital rusa, y Gorky Park que es un parque de diversiones.

"Wind of Change" se ha convertido en un eterno himno al igual que muchas de las canciones de Scorpions, canciones que viven eternamente en la memoria de miles de personas en todo el mundo y que afortunadamente muy pronto podremos corearlas en un inolvidable concierto que se realizará en la ciudad de La Paz.

Mientras redacto estas palabras a casi más de 20 años de la caída del muro de Berlín y a casi 30 años del lanzamiento del disco de Pink Floyd “The Wall”, aún se que existen millones de murallas en el mundo que deben ser derribadas, murallas que uno construye tan fuertes y firmes como un muro de cemento, muros que quizás son invisibles pero igual de fuertes e imposibles de cruzar, estos muros han dividido a familias, amigos, parejas, y han sido forjados con algo más duro que el cemento, se han erguido con materiales como el orgullo, la avaricia, el pasado, el dolor, la necesidad.. Solo espero que aún no sea muy tarde para derribar algunas de estas murallas para así encontrarnos con aquella persona que está del otro lado y seguramente no hemos olvidado.