viernes, 17 de septiembre de 2010

Un huracán en La Paz


Los huracanes son movimientos de masa fuertes que se forman en el aire y suelen provocar vientos con velocidades superiores a 100 km/h. Estos movimientos tienden a expandirse y con frecuencia llegan a ser altamente destructivos, pese a todo, los huracanes forman parte importante del sistema de circulación atmosférica.

Anoche en la ciudad de La Paz se presenció un tipo de huracán muy poderoso, y no, no hablo de aquel fenómeno de la naturaleza que se forma en las costas tropicales, tampoco hablo del boxeador afroamericano Rubin Carter ni mucho menos del equipo de fútbol argentino. Hablo de uno de los huracanes más poderosos y gigantes: un recital de Scorpions. Este huracán dejó su huella en un radio de aproximadamente… casi toda la ciudad de La Paz. Se desencadenó de la mano de un grupo de veteranos ídolos del Metal, pronosticando un día de mucha agitación y fuertes vibraciones que se harían sentir en todo el suelo paceño.

Se presenciaba por todo lo alto que algo gigante iba a caer sobre la ciudad ¿será una bomba nuclear? Una sensación que me atrapó desde que salí de mi casa y subí al taxi donde sonaba a buen volumen "Rock You Like An Hurricane" hasta que llegué al stadium y vi con asombro cuanta gente estaba ahí presente para formar parte de un solo evento. A medida que caminaba cauteloso por todo el caos de este huracán llego a una enorme fila donde pude charlar al menos un rato con los que se encontraban cerca y hablaban español (había muchos extranjeros) mientras presenciaba las típicas características de un huracán: escombros, locura, intensidad y algunos valientes caídos en las calles (léase: patéticos borrachos).

Mientras los policías y encargados de la seguridad hacían lo posible para ordenar a la gente donde le corresponde en aquel número tan absurdo (y gracioso) de divisiones que tenía el stadium (había como no-se-cuantos-sectores-en-cada-lado)… pronto empezaban a sonar los primeros indicios de que el fenómeno llamado Scorpions oficialmente había pisado el escenario para romperla con un show inolvidable. Logro correr hasta un lugar decente y ámplio donde hecho raíces para dar rienda suelta a toda mi locura y pasión rockera (léase: comportarse como un niño con sobredosis de azúcar). Total, como estoy solo (sin amigos, sin novia, sin padres) puedo hacer lo que quiera sin pasar vergüenza, o lo que me dicte aquel niño interno que Freud llamó el "ELLO".

Estoy rodeado por una gran mayoría de gente que: A) está sentada charlando B) está filmando con la cámara o el celular C) está de pie sin mover un pelo (salvo para aplaudir). Tal vez eso me pasa por estar atrás de la multitud, aunque me gusta eso, pues tengo el espacio y el perímetro necesario para bailar, hacer head banging y mover el trasero. Juro que los de mi alrededor debieron pensar que estaba en drogas o algo así, pues no dejaba de moverme, cantar hasta quedarme sin voz, hacer Air guitar! Air bass! Air drum! Air Microphone! Y Air… bueno, eso no lo puedo decir acá.

La gente me miraba extraño ¿pero que quieren? ¡Es un concierto de Rock! Y conste que tampoco soy muy fanático de Scorpions, aún así, la electricidad en el ambiente me llenó de adrenalina y hasta solté una lágrima con aquel majestuoso “Send Me An Angel" y me dejé llevar por un "Wind Of a Change" que me invitó a cerrar los ojos y transportarme hacia un tremendo y paradisiaco lugar a millones de kilómetros del stadium.

Los viejitos la rompieron, que no queden dudas, son unos ancianos pero tienen más testosterona que un quinceañero. Scorpions son unos totales monstros en vivo, los miembros de mi banda deberían de aprender de esto, o sea, tienen como veintipico años y ¡les da flojera ensayar una vez por semana!. Con respecto a las canciones como en todo concierto hubo temas que me hubiese encantado escuchar y no tocaron, pero eso pasa siempre en todos los recitales, el público a veces es como una mujer que un tipo no pudo satisfacer ni con su mejor esfuerzo ¡huy! Que mal sonó eso, aunque… ¿se entiende la idea verdad?

De todos modos y aunque me hubiese encantado que interpreten “Always Somewhere”, la banda me dio un par de increíbles sorpresas que la verdad no me esperaba, como cuando Klaus Meine anunció en su extraño inglés el temazo “Holiday” y arrancaron con unos bellísimos arpegios de guitarra para darle paso a aquel “let me take you far away…” o cuando anunciaron “Send Me An Angel”, aquella gema que formar parte de sus mejores y más grandes himnos, pese a que el empezar a sentir aquel tema en mis oídos indicaba lo inevitable: “¡no iban a tocar Still Loving You!” y hubiese sido así de no ser por que la gente al final del concierto empezó a pedir a gritos que la toquen, por lo que un cansado Klaus Meine como final acto de grandeza y empatía, tomó el mic y empezó a cantar una preciosa versión acapella. La noche tampoco estuvo libre de su cuota rockera y fue así como la banda pateó algunos traseros con “Big City Nights”, “Tease Me Please Me” o el cierre perfecto con “Rock You Like An Hurricane”.

Scorps hizo historia en el Rock boliviano, puede que no sea, como sus más optimistas y acérrimos entusiastas insisten en ponerle: "el mejor concierto visto hasta ahora en Bolivia” pero sin dudas los germanos hicieron un tremendo trabajo y como todas las buenas cosas en la vida, este huracán fué rápido, intenso y breve. Aunque estoy seguro que sus secuelas quedarán por mucho tiempo acá en esta ciudad, lugar que por una noche se intoxicó de puro, salvaje y buen Rock N’ Roll.

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