sábado, 25 de septiembre de 2010

Entre el cielo y el infierno


¿Dónde están el cielo y el infierno? Pues, hay tantas versiones y explicaciones a esa pregunta que la verdad parece que al fin y al cabo nadie sabe con exactitud la respuesta, basta con preguntar a dos personas y dos te darán respuestas distintas, aunque claro, ambas respuestas coincidirán en un montón de características como por ejemplo: “que el infiero es un lugar de sufrimiento” “que al cielo se va la gente buena” “que en el cielo eres feliz y no padeces de dolor alguno”.

El grandioso poema de Dante Alighieri “La Divina Commedia” es uno de los testimonios más populares con respecto a lo que significan tanto el cielo como el infierno, aunque Dante nunca pretendió ser tan obvio como para que su obra no deje nada a la imaginación, por el contrario, su poema se caracteriza por una complejidad que va mareándote de principio a fin. Dante redacta una de las obras más inmortales de la historia y nos entrega una tonelada de bellas escrituras donde convergen lo grotesco, la materia y el espíritu, el horror ante el mal y la aspiración a la belleza. Y es que esta aclamada obra refleja un poco de cada uno de nosotros y a pesar de que fue escrita en la primera década del siglo 1300, hoy en día no resulta nada difícil de entender aquellas sutilezas que redactó Dante acerca de la filosofía y la religión.

Hoy en día basta con que pise un pie fuera de mi casa para encontrarme con un posible cielo o infierno, yo personalmente considero que el cielo y el infierno están convergiendo diariamente mano a mano en una batalla día tras día y noche tras noche. Dante redactó una obra de gran belleza imaginativa, pero imaginativa al fin y al cabo, pues, siendo un genio literario no era más que otro simple mortal que no tuvo que morirse para escribir su poema, simplemente sustrajo su inspiración de diversos acontecimientos y simbologías de la raza humana. El cielo y el infierno se asemejan mucho al mundo real en el que vivimos, solo basta con prestar atención a lo que nos rodea.

Yo actualmente con mis 24 años ya he experimentado en gran medida tanto al cielo como al infierno, he experimentado el estar en el cielo en ocasiones que podría citar acá tranquilamente, desde el compartir un bello momento con mi familia, el recibir la ayuda de un amigo cuando más lo necesitaba, el admirar una puesta de sol en la playa o pasar el día junto a la persona amada, un día que pareciera que se pasa tan rápido.

Cuantas veces hemos experimentado momentos que quisiéramos que duren para siempre o que se repitan una y otra vez, cuantas veces recorriendo un viaje o despertando junto a la persona que amamos realmente todo parecía ser absolutamente perfecto ¿Cómo será el cielo? Pues, debe ser muy parecido a esto. Pero tampoco este cielo es un estado de felicidad permanente, ¿te pusiste a pensar que aburrida sería la vida si todo fuese siempre una belleza? Efectivamente para que exista el cielo tiene que existir un infierno, un infierno al que podemos llegar con una simple patada, como si de pronto se rompieran las vigas que sujetan un ascensor que termina descendiendo a toda velocidad hasta llegar al subsuelo donde terminas hecho mierd@.

Este infierno lo hemos experimentado un montón de veces, lo peor es que en muchas ocasiones caemos ahí abajo justo cuando las cosas en nuestras vidas no podían ir mejor o cuando pensamos que (ingenuamente) el cielo donde nos encontramos va a durar para siempre. Podemos quedar condenados a este infierno de muchas formas: sufrir un horrible accidente de tránsito, enfermarnos de algo que nos tiene sin poder hacer nada, perder un empleo, alejarnos de nuestros amigos y familia, ser heridos con un arma o terminar una relación de pareja.

Pese a todo este dolor por lo general los seres humanos tenemos la voluntad y fuerza de siempre levantarnos y salir de este infierno, o al menos, luchar para no dejar que las cosas terminen así, con ese sabor a bosta. El ser humano también tiene que batirse todos los días entre un cielo y un infierno donde estamos rodeados de ángeles y demonios que se la pasan caminando por las calles y que conviven con nosotros en todo lo que nos depara la vida, ya sea para hacernos sentir bien o para provocarnos daño, solo es cuestión de reconocer que todo este ambiente es parte del escenario que debemos afrontar en la vida diaria.

En 1978 una de las mejores bandas de la historia del Rock “Black Sabbath” supuso la marcha definitiva de su cantante Ozzy Osbourne y con esto un más que seguro fin para el resto del grupo, afortunadamente aparece un nuevo talento en el grupo que llega como caído del cielo, este talento es Ronnie James Dio, un tipo genial que además poseía una de las mejores y más poderosas voces del heavy metal en su relativamente corta historia. Pues bien, Ronnie acababa de salir de su anterior banda, Rainbow, y buscaba un nuevo proyecto.

El guitarrista de “Sabbath” Tony Iommi le propone unirse a la banda y el resultado es el disco "Heaven & hell" (Cielo e infierno). Pese a que los integrantes de “Black Sabbath” muchas veces jugaron con símbolos religiosos y paganos a lo largo de su carrera nunca se consideraron herejes o satánicos, en una entrevista Ronnie James Dio habló sobre este tema y dijo que el no practica la brujería ni el ocultismo, en realidad, siendo de descendencia italiana, Ronnie James Dio se crió en una familia católica. En esta entrevista el también admitió que al hablar del cielo y el infierno en sus canciones se refiere al cielo y el infierno que están aquí en la tierra y que debemos afrontar día a día.

Con el correr de los años y la reconciliación de Ozzy Osbourne con sus antiguos colegas de “Black Sabbath”, Ronnie James Dio, Tony Iommi y Geezer Butler, deciden seguir trabajando juntos y unirse para formar la banda “Heaven and Hell”, haciendo una gira en 2007/2008. Aunque poco tiempo después Ronnie James Dio muere víctima de un cáncer, su legado y su obra siguen presentes y aquellas épicas canciones donde nos habló de viajes a tierras lejanas y batallas entre el cielo y el infierno, seguirán pisando y haciendo temblar con fuerza este mundo terrenal.

Dio, estés donde estés, esta canción va para vos maestro y para todos aquellos que día a día caemos y nos levantamos una y otra vez entre el cielo y el infierno.

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