Televisión, Humor y Urbe Paceña

Chris Rock dijo una vez: “cuando la vida es una completa mierda lo mejor que uno puede hacer es tomársela con humor”, frase que inspiró toda su carrera, actualmente es un cómico de estilo muy callejero y crudo, sin querer evadir o maquillar aquellos temas que duelen tanto y molestan tanto en una sociedad como la nuestra, además de eso, Chris Rock montó una increíble comedia para televisión, donde el mismo, se mofa de la pobreza y miseria que tuvo que vivir en su infancia en las calles pobres de New York, además de lidiar con todas las cagadas que un chico promedio tiene que soportar a esa edad, la serie muestra un ambiente hostil y difícil que diariamente se banca (quieran o no) la gente de humilde estilo de vida, pero, admirablemente, el ahora recuerda todo aquello con risas y hace bromas descaradas de todas aquellas desventuras, todo esto además, con el verdadero talento que solo caracteriza a un genio de la comedia, A si mismo, a finales de los años 80s, una vez un joven de grandes sueños y gran imaginación llamado Matt Groening, inspirado en la comedia ácida y el humor irreverente de artistas como Frank Zappa, creó una comedia animada para televisión, una comedia que les recordó a los americanos todas las cagadas que se mandan en su cultura, comenzando del pilar de una sociedad como es una familia común y corriente, que en esta ocasión muestra TODO lo detestable de una familia de clase media y del americano promedio, y hace de toda esa mugre algo brillante, algo divertido, señala dolorosa y sutilmente miles de defectos que la mayoría de los seres humanos tenemos, comenzando por el padre de la familia, un hombre tremendamente estúpido, torpe, cobarde, y hedonista hasta el límite, amante de la gula y la holgazanería, además de tener a un hijo, que es vivo reflejo de muchos niños americanos, que, no son la cara bonita de la niñez americana, pero sin duda, la más verídica, un pibe llamado Bart Simpson, malcriado, ignorante, inculto, travieso, rebelde, pero a pesar de toda esta pila de basura, siempre el pequeño Bart saca un buen mensaje al final de la serie, como toda su familia, como señalándote que la sociedad no está tan podrida como parece, pero a veces, en lugar de molestarnos de la desgracia y patética vida diaria, lo mejor es reírse y tomarlo con buen humor.

Matt Groening y su serie de televisión The Simpson nos recuerda constantemente cosas de nuestra vida diaria que vemos todo el tiempo, es inevitable muchas veces no comparar un memorable chiste de los Simpson con algo tan parecido que acaba de suceder que, simplemente la similitud es increíble, Hasta hace unos meses, en mi ciudad se están preparando algunas construcciones, de dudosa calidad y dudosas razones, una de ellas se alza muy cerca de mi casa, tan cerca que a veces puedo ver desde la ventana a lo lejos a los pobres obreros trabajando en aquella construcción bajo viento y marea sin quejarse, también puedo escucharlos en el silencio de la noche taladrando y cavando con su maquinaria, esta obra en cuestión, tiene prácticamente hecha un desastre y una bosta a mi pobre zona, desde montones de roca y tierra elevándose en plena calle, hasta agujeros y grietas en la tierra, muros de calamina que dificultan transitar seguramente por aquellas calles, aceras invisibles y ridículas rutas de transporte, inevitablemente al despertar una mañana y pasar por ahí me acordé de un capítulo de los Simpson cuando Bob Patiño, el ex convicto y eterno rival de Bart Simpson, se postula para alcalde y uno de sus proyectos es una autopista denominada “autopista Matlock” que cruza sobre la casa de la familia Simpson, por lo cuál el alcalde propone que es inevitable destruir su hogar para la construcción de la autopista sin importarle la suerte de los Simpson, es así como la familia Simpson tiene que sufrir todos los pormenores de esta construcción que planea el alcalde con el afán de solo ganar popularidad y vengarse de los Simpson, claro que la familia luchará y hará lo que pueda para defender su hogar. No se si fue un Deja Vú o que, pero esa idea de “su morada está obstruyendo una obra de construcción” se me hizo muy conocida.

Otra de las próximas construcciones en mi ciudad es la realización de unos puentes trillizos, que si bien, en este caso no le rompe las pelotas y perjudica a la población vecina, se rumorea y hasta se tienen pruebas de que esta construcción es re trucha, mal calculada, mal planeada, y de peligrosa resistencia y calidad, de hecho, hasta me dijeron que un par de arquitectos implicados en la construcción han afirmado que el material y la zona NO DABA para tres puentes… Nuevamente en medio de lástima y vergüenza ajena sentí ganas de reír al recordar el ya legendario “rascacielos de cartón pintado” de los Simpson o “la escalera eléctrica hacia la nada” como algunos de los fraudes en los que cayó la ingenua población de Springfield.

Ese fue el caso de la comedia que nos demostró, el poder del humor para sobrellevar mejor las cosas, en el caso de la música, también hubo un gran número de artistas que, a modo de humor e ironía, satirizaban algunas de las desventuras de la sociedad, desde el icónico Frank Zappa y su discurso que mezclaba desde la cultura pop hasta la política, hasta los héroes del punk como The Ramones o The Stooges, haciendo un arte de aquel mundo triste y de porquería con el que a veces, un gran número de gente tiene que lidiar en el transcurso de su vida.

Sin duda es admirable como los punkeros Black Flag relatan con tanto glamour algo tan simple como sentarse frente al televisor con una caja de cervezas, o como los Ramones hablan tan frívolamente de aquel antojito de inhalar pegamento, o en casos más extremos, como los raperos como Ice Cube cuentan como es un día perfecto en el gueto, donde afortunadamente no hubo ni un solo muerto y hasta un dirigible invocó “Ice Cube Is A Pimp”, en fin, pequeñas delicias del “mundo real”.