miércoles, 6 de abril de 2011

Gracias

"Supongo que debería estar molesto por lo que me sucedió... pero es difícil seguir furioso cuando existe tanta belleza en el mundo. A veces siento que estoy viendo toda a la vez, y es demasiado, mi corazón se llena como un globo a punto de reventar... y luego recuerdo relajarme y dejar de intentar aferrarme a ella, entonces fluye a través de mí como lluvia, y no puedo sentir más que gratitud por cada momento de mi corta y estúpida vida... Seguro que ustedes no tienen la menor idea acerca de lo que estoy diciendo. Pero no se preocupen, algún día la tendrán".

Palabras de Lester Burnham, personaje principal de una de mis películas favoritas y una de las que más podría recomendarles, aunque estoy seguro que muchos de ustedes ya la han visto: “American Beauty”.

En esta escena final de la película el personaje principal recuerda los mejores y más felices días de su vida y de su familia, momento donde la historia da un giro total pues hasta ese momento tanto su vida personal como familiar eran todo un caos, desde el enfrentar infidelidades, pasar por un divorcio y sentirse harto de la rutina diaria de ver a su mujer y a su hija todos los días sin encontrarles nada de bueno. Al decidir tener una nueva vida y mandar todo al diablo tomando una postura totalmente radical, Lester provoca una buena cantidad de molestias en su hogar y en el vecindario, así como se gana el desprecio y el odio de algunas personas. No obstante, al momento de morir trágicamente, Lester en una paz total logra recordar una y otra vez con cariño y felicidad a su familia y los mejores momentos que pasó con ellos dejando a un lado todas las cosas que terminaron fastidiándolo.

El ser humano a lo largo de su vida mantiene muy pocas cosas como propias, con el paso del tiempo perdemos la juventud, al cambiarnos de universidad o de ciudad perdemos las amistades y a veces hasta perdemos muchas de nuestras posesiones materiales. Una de las pocas cosas que mantenemos como nuestras durante un largo tiempo son nuestros recuerdos, aquellos momentos que fijamos en nuestra mente y los proyectamos una y otra vez como en una película, recuerdos que nos permiten sonreír y desenterrar instantes que nos han hecho tan felices.

Se que la vida no es perfecta y mucho menos lo es la gente, soy consciente de esto cada vez más y más, pero en medio de toda esta imperfección sería muy injusto para mi, el enfocar mi atención y mis recuerdos solo en lo malo que ha sucedido y en lo malo que me han hecho, cuando se perfectamente que situando en una balanza las cosas buenas y malas, hay tantas sorpresas y buenos momentos que pude presenciar durante la vida, que seleccionar solo lo malo sería un verdadero crimen.

Un día como hoy tuve que despedirme y decir adiós a una persona que llenó muchos de mis días de momentos inolvidables que hoy me siento muy feliz de recordarlos. Una de las cosas que más recuerdo sobre ella es una noche en la que conversamos acerca de cómo sería la reacción de cada uno en el caso de separarnos y yo simplemente le dije que al principio me sentiría muy mal pero que luego simplemente sentiría gratitud y felicidad por haber compartido algo tan especial a su lado.

Y aparentemente cumplí con mi palabra y las cosas terminaron resultando así, ha pasado un largo tiempo y si, sigo siendo una persona con defectos y muchas cosas que necesita resolver, también sigo buscando respuestas a muchas de mis preguntas y siguen existiendo muchas cosas acerca del mundo que no termino de entender.

Sigo con algunos de mis problemas y mis manías, sigo siendo un ignorante total en un sinfín de cosas y también sigo aprendiendo algo nuevo cada día de las situaciones más serias así como de las cosas más sencillas.

Mi vida no es para nada perfecta, no soy el tipo más inteligente, popular y exitoso que debería ser, ¿pero que importa? me siento feliz de cargar con tan buenos recuerdos que supe ir acumulando a lo largo de mi camino y sigo siendo muy feliz al recordar a personas tan importantes en mi vida con quienes pude aprender y disfrutar experiencias, personas que han estado a mi lado y aunque a veces peleamos, tuvimos desacuerdos y hasta mostramos lo peor de cada uno, me siento muy feliz de haber podido llegar a conocerlas, ya que al final mentiría si dijera que no me quedaron muy buenos recuerdos de aquellas personas y de aquellas experiencias.

Para que dedicar el tiempo de enfadarse acerca de las cosas que no salieron perfectas, que perdimos, que terminamos estropeando o que pudieron haber sido, si hay tantas cosas buenas a las que podríamos dedicar el tiempo de recordar para reírnos de nosotros mismos y de los demás, revivir emociones, ver a nuestro alrededor todo lo que ha quedado y simplemente decir: “gracias”.

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