viernes, 5 de agosto de 2011

10 Años De Redondo Mito


¿por que hablo del mito? ¿Que no es acaso demasiado grande esa palabra para tomarsela a la ligera? Pues para algunos contados casos no, y resulta que los Redonditos De Ricota si podrían merecer tal título, ya sea por méritos propios (la obra, el discurso, los shows) así como por méritos ajenos (la prensa, las leyendas urbanas, las hinchadas, el caos, el fanatismo) pero es increíble ver como pasa el tiempo, pues resulta que hace 10 años esta banda se separaba para dejar los escenarios y pasar a ser simplemente historia, historia y mito del rock en español.

¿Y que estaba yo haciendo un Agosto de 2001? Pues para empezar no tenía ni la más remota idea de la existencia de este grupo, aunque si reconozco que el rock argentino siempre tuvo en mi país, así como en el resto de Latinoamérica, una tremenda aceptación, no obstante, yo no era nada más que un chiquillo inocente, bonachón e intentando bancarme de la mejor manera posible todos los pormenores de esa edad, encima de no tener muchos conocimientos con respecto a música mucho más allá de lo que me ofrecían en la radio o en la MTV. No fue hasta años después que más o menos de milagro gracias a la internet y a la revista Rolling Stone fue que empecé a conocer a esta banda, una época en la que me interesé por explorar el universo de aquellas bandas importantes del rock argentino que hicieron historia y que desafortunadamente muchas de ellas no eran mencionadas (ni por casualidad) en el resto de los países.

Empecé por la obra cumbre, el legendario “Oktubre”, disco que no me pegó rápidamente, pasaron unas buenas escuchadas hasta que recién logré salir de mi escepticismo e ignorancia para empezar a apreciar poco a poco toda la grandeza de esta música, no tanto por su complejidad musical, que nunca llegó a ser tan experimental o clásica como muchas cosas de García o Spinetta, la gracia de los Redondos residía en aquella actitud de misterio y rebeldía que impregnaban en su música, aquellas sensaciones e imágenes que brotaban de las más clandestinas y brillantes ideas, sin olvidar las filosas letras del Indio Solari, letras de ingeniosas metáforas y carismáticas frases para levantar la cabeza y encarar las más severas dudas, todo con una sutil e inteligente dosis de humor con la que construyeron algunas de las más bizarras e inolvidables frases en la música, pero todo dentro de una ideología de mentes combativas, críticas y dispuestas a luchar por enderezar el espíritu. Musicalmente ninguno de ellos era un virtuoso, pero su sincronía y perfecta química lograron un impecable catálogo de montones y montones de grandes canciones donde la mente de Solari y la guitarra de Skay parecían ser una fuente inagotable de trucos e ideas.

La trayectoria y obra de esta banda es casi tan misteriosa y controversial como la causa su separación, tiempo y lugar donde coincidieron un sinfín de causas que terminaron por acabar con el viaje de los Redondos, y si bien hay razones muy evidentes para pensar que la banda más grande del rock argentino se separó por motivos de dinero, también fueron de gran importancia otros factores como las propuestas dentro de la banda, la masividad de los shows, el agotamiento de años de carrera, así como los eternos problemas con las barras e hinchadas ricoteras. Tampoco sabremos quién fue el verdadero culpable de este suceso, donde tampoco resulta tan fácil el señalar con el dedo a Solari o Skay, por más que en el fondo cada uno de ellos sepa que tan responsable fue de la separación de la banda.

Lo cierto es que Los Redondos escribieron una página importante en la historia del rock argentino y fueron la banda sonora de los recuerdos y la vida de miles de personas donde actualmente me gustaría incluirme. Mientras tanto nos queda el valioso material discográfico de esta banda y el trabajo que están realizando actualmente, cada uno por su parte, Skay y Solari como solistas, dos opciones que nos permiten conocer el talento más personal de cada uno de estos y sobre todo, los actuales conciertos del Indio Solari, un punto de encuentro donde es posible recordar, y en el caso de los más jóvenes, conocer, una parte de aquella grandeza y poder que tenían Los Redondos sobre el escenario.

Y el legado de los Redondos seguirá siendo parte de mí…

Por que esta banda no es un invento, (“no lo soñé”)

Por que sigo con la esperanza de ver algún día en vivo al Indio Solari (“¿Cómo no sentirme así?”)

Por que su música me sigue renovando y fortaleciendo el ánimo en los momentos difíciles (“Un gran remedio para un gran mal“)

Por que me divierten con su honestidad repleta de carisma y humor (“Las minitas aman los payasos y la pasta de campeón”)

Por que su música es como una droga (“Ella tiene una forma de hacerme creer que es para mí la mejor manzana”)

Por que es una invitación a reconciliarse con las más grises verdades pues (“La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo…”)

Por que es una invitación a vivir (“¿Cuánto tiempo más vas a estar esclavizado así, refugiado en tu soledad?”)

Y sobre todo por que se que nunca los voy a olvidar pues (“¡Este asunto está ahora y para siempre en tus manos, nene!”)

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